Capitulo 29 La Robot

 El hombre sintió el despertador y abrió los ojos. No había dormido en toda la noche, pensando en su esposa. Buscaba en su memoria una razon, una explicación, algo que hubiera hecho mal, pero nada encontraba. Su esposa le había dicho el fin de semana que se iba a casa de su madre. Al poco rato de salir había encontrado una carta de despedida.

Tocaron a la puerta, era su robot que le traía el desayuno. Ya su ropa está lista, dijo poniendo la bandeja sobre la mesita.

El hombre se vistió y se dispuso a salir, no probó bocado. No se dirigió al trabajo, pasaría por casa de su suegra, algo debía saber.

Cuando llegó, la mujer lo recibió con desgano, tu eres el culpable, nunca la tratastes como se merecía, ahora no sabemos donde fue, le dijo cerrándole la puerta en la cara.

Encaminó sus pasos a la estación de policía, busco al oficial que siempre lo atendía. Este, volvió a explicarle que aunque no se supiera nada, con una carta de despedida, si no había indicios de violencia o algún delito, nada podían hacer. Vencido, encaminó sus pasos de regreso, ya las amistades en común no le cogían el teléfono, ninguno sabía nada y había llamado cientos de veces.

Al llegar a su casa, la robot le abrió la puerta, nada nuevo? Le pregunto. El hombre, con desgano, le respondió que no, que tendría que irse acostumbrando a la idea de haberla perdido, que se había marchado para siempre.

La robot sonrió para si, su plan estaba teniendo éxito, el hombre, de quien siempre estuvo enamorada, comenzaba a olvidar a su esposa, ahora sólo le faltaba un detalle, como desaparecer el cadáver de la mujer antes de que el olor empezará a llamar la atención.