Capitulo 35 Las Bermudas
Sonó el despertador y abrí los ojos. Mire el reloj, Lunes 22, 7 y 30 AM, pude leer.
Recordé que mi avión salía a las 11 AM hacia las bermudas.
Tendría que recoger un gran yate de 60 pies y navegar de regreso a Miami. Era un pedido de un cliente a mi firma. Serían 3 mil dólares fácilmente ganados.
Salí del baño y me vestí, lentamente, no había apuro. El auto del aeropuerto no llegaba hasta las 8 y 30 AM. También desayune con calma.
Ya en el aeropuerto mire el Boeing 737, uno de los aviones más seguros que existían. Extasiado con el sentí que me llamaron, era el aviso de abordar.
El asiento mío, 45-N, era pegado a la ventanilla, pase varias personas en el pasillo, acomodaban sus pertenencias esperando la partida. Me senté al lado de una mujer y su hijo, que se me echaba arriba tratando de mirar hacia afuera. Las filas de este avión son de tres asientos. Enseguida me di cuenta que iba a ser un viaje largo. Amablemente le ofrecí a la señora cambiar los asientos, así el niño podría mirar fácilmente por la ventana y yo descansaria. Cambiamos los asientos, me tomé una pastilla para dormir y me acomode.
Un golpe seco me despertó. Lo primero que me llamó la atención fue la oscuridad, parecía ser de noche, mire mi reloj, sólo eran las 11 y 48 AM. Mire por la ventana, estaba oscuro pero se podían ver relámpagos y nubes de tormenta, estas giraban, pero no encima del avión, giraban enfrente del avión como rodeandolo y este volaba como en un túnel giratorio. Las azafatas no hablaban, pero el pánico se podía ver en su cara, miraban al frente, se podía ver una luz a lo lejos, al final del túnel de nubes.
El avión se estremecia como si fuera de juguete, arriba, abajo, gemia como si estuviera vivo. De los pasajeros no se oía un sonido, unos rezaban, otros se aferraban a los asientos con las 2 manos, la tensión en el ambiente se podía cortar. El silencio era sepulcral, nada presagiaba un final feliz.
La pequeña abertura se iba acercando, se podía ver cada vez más grande. Cuando el avión salió del túnel de nubes la sorpresa nos asusto a todos, la playa, la isla, el suelo, estaba a menos de 1500 metros, íbamos directo a impactar la costa.
El piloto hizo lo que pudo, trato de levantar la nariz del avión en un postrer esfuerzo por salvarnos, fue imposible.
Me preparé para el impacto, me agarré fuerte y baje mi cabeza metiendola entre las piernas.
Antes de bajar la cabeza crei ver una nave redonda, tipo platillo, no estoy seguro.
El golpe fue enorme, brutal, todo salió despedido. Vi maletines, cuerpos, asientos, pedazos de metal, salir volando. Sentí un impacto. El cinturón de seguridad aguantó el golpe y no salí despedido del asiento, que absorbió la mayoría del impacto, pero me golpearon otros trozos de metal. Perdí el conocimiento. Lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos, es ver el avión en miles de pedazos, regado en la playa y unos hombres grises, de ojos enormes, caminando entre los restos, pero esto no se si fue real o el golpe que recibí en un costado de la cabeza, el que me puso a dormir.
Sonó el despertador y abrí los ojos. Mire el reloj, Lunes 22, 7 y 30 AM, pude leer.
Recordé que mi avión salía a las 11 AM hacia las bermudas.
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