Capitulo 36 Ramiro

 Cuando Ramiro se mudó al pueblo pensó que sería aburrido. El lugar era pequeño, un barrio de campo normal, una calle central llena de casas con muy pocos caminos secundarios. Casi no había niños de su edad. Lo primero que hizo al llegar fue acordarse de sus amigos de la ciudad y comprendió su situación, estaba sólo.

Su madre se había divorciado y tendría que criarlos sólo, había regresado a la casa donde creció. A partir de ahora serían el, su mamá y sus abuelos.

En la escuela del pueblo no había separación por años, no había suficientes niños. El bullying lo acechaba.

El segundo día, de regreso de la escuela, vio un niño que jugaba sólo en la casa del final de la calle, tenía su edad. Fue a saludarlo, sería un amigo, pensó. El otro muchachito lo saludo con amabilidad y congeniaron enseguida eguida.

En el pueblo le aconsejaron que no fuera más a esa casa, era evitada por todos, estaba abandonada y tenía fama e historia. Nadie sabía quién era ese niño solitario que se veia en la casa.

Esa casa había sido el escenario hacia muchos años de un horrendo crimen, un hombre había descubierto a su mujer infiel y se había suicidado después de matarla.

Al conocer todas estas historias, la madre de Ramiro, preocupada, visitó al extraño niño mientras su hijo estaba en la escuela.

Cuando llegó a la casa estaba sólo afuera en el jardin. Lo llamo y lo saludo, el niño vino y respondió amablemente, por lo menos es educado, pensó la madre.

- Vives sólo?- preguntó la madre

- Si- respondió

- Y tus padres?- volvió a preguntar

- Hace mucho que no se de ellos-

- No te asusta vivir solo?- se preocupó la madre

- Cuando estaba vivo si- respondió el niño




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