Capítulo 42 Bajo el mar


 Me despertó un breve ruido. Abrí los ojos y mire el reloj, 3 y 17 AM. Me extrañó el sonido, mi hijo estaba en la universidad y mi esposa cuidando a su madre, yo estaba sólo en la casa.

Cuando fui a incorporarme se abrió abruptamente la puerta del cuarto y una luz poderosisima inundó la habitación. Instintivamente cerré los ojos sin poder ver nada. Sentí unos pasos que se acercaban y trate de ver algo. Sentí un pinchazo en el cuello y mi cuerpo cayó pesadamente en la cama.

No podía moverme, sentía el peso de mil toneladas encima, ni siquiera los ojos pude abrir, pero si podía oír. Este es un buen espécimen de humano, joven y saludable, tendrá un ADN inmejorable. Pude escuchar mientras sentía como me cargaban y depositaban en alguna superficie. Se sentía como ser transportado en camilla, pero no podía sentir ni oir rodamiento alguno, iba flotando, recuerdo haber pensado.

No pasó mucho tiempo hasta que, después de mucho esfuerzo, logré abrir los ojos. No mucho, pero lo suficiente para poder ver donde me encontraba. Era una habitación de metal, había 4 seres junto a mi, 2 a cada lado. Estaban vestidos de blanco y tenían máscaras sobre la cara, pero no eran de médico como la ropa, más bien parecían para poder respirar. También pude ver una ventana frente a mi, redonda, tipo avión. A travez de ella pude observar el cielo y ver como nos elevabamos, despues la nave enfiló en línea recta. No avanzamos mucho tiempo antes de observar que volvíamos a bajar y nos adentrabamos en el agua, esto si no lo esperaba.

Ya bajo el agua si avanzamos bastante, por lo menos me pareció una eternidad, puede haber sido el efecto de estar inmovilizado, que el tiempo se sentía correr lentamente. Lo próximo que vi es que entramos por una especie de cueva o túnel. Esta si no era muy larga. Al salir me quedé extasiado, lo que vi era realmente hermoso. Estaba preocupado por lo que harían conmigo, pero pensé que haber visto ese lugar valdría la pena el riesgo.

Era una ciudad completa bajo el mar, se veía igual que cualquiera, Miami, New York o mi Habana, sólo que bajo el agua. Las luces de los edificios, casas, autos (O su equivalente) eran hermosas, incluso se veían anuncios comerciales alumbrado los frentes de lo que parecían negocios. Se veian edificios altos, de varios pisos, otros eran simples casas. Pude observar techos puntiagudos, planos, construcciones que se veian publicas, parques. Siempre pensé que los que contaban historias de alien eran charlatanes, ahora empezaba a verlos con otros ojos. Incluso, antes de descender sobre el techo de un edificio médico (su señal era inconfundible) pude observar a niños jugando enfrente, sus cuerpos eran humanoides, sólo que sus rasgos eran casi reptilianos y se observaban las agallas a simple vista.

Cuando la nave finalmente se detuvo sentí como ponían una máscara de oxígeno para respirar y se llenaba de agua el cuarto antes de poder salir. Vi como uno de mis acompañantes agarraba mi camilla y me introducía en el edificio, aquí no pude observar mucho, tenía que esperar que mis ojos se adaptaran al agua. Me llevaron a una habitación donde el material quirúrgico era inconfundible, no había diferencia con lo que había visto en hospitales normales. Cuando entraron dos seres que se veía que estaban al mando y ordenaron prepararme, volví a cerrar los ojos y espere lo peor. Por mi mente paso toda mi familia y seres queridos. Todos los proyectos que no había terminado y los que había pospuesto pensando, hay tiempo. Me preparé para el final, hasta aquí llegue, recuerdo decir para mi.

Sentí agujas en varias zonas de mi cuerpo, brazos, piernas, riñones, hígado, pulmones y tomaban muestras. No tomo mucho tiempo.

Entonces uno de ellos se acercó a una computadora y le introdujo un chip como los que había visto en películas que le sacan a los abducidos. Había otro sentado en la computadora y le pidió mis datos, pude ver como se los daban y los introducían en el chip.

Retiraron el chip y lo pusieron en un brazo como de dentista. Me abrieron la boca y después de pincharme en la encia, el brazo con el chip se acercó a una de mis muelas y abrió un hueco introduciendo el chip. En ese punto el dolor fue tan inmenso que pude moverme. Se alarmaron y preguntaron a un sujeto que estaba en una esquina que hacían. Este, sin inmutarse, les respondió que no se preocupara que me volvieran a sedar, está vez con una dosis doble, que si por casualidad recordaba algo de esto, sería como los demás, nadie me creería. Me tomaron entre 2 y pude sentir el pinchazo en mi cuello como la primeta vez, pero esta si me hizo dirmir sin mas.

El despertador me hizo volver nuevamente a la vida. Abrí los ojos e intente moverme, pude ver mi habitación y pararme sin problemas. Mire el reloj, 7 en punto, la hora de levantarme e irme a trabajar. Mi primera reacción fue tocarme la muela, ahí estaba. Se podía notar la marca del implante de la noche anterior.



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