Capítulo 50 Espejos

 No todas las historias de abduciones son iguales. No siempre hay una nave, una luz. No siempre son equipos médicos.

Esta historia es de esas, diferentes, y la conocí de primera mano, de boca de un amigo.

Sentí un ligero ruido y me desperté. Frente a mi había un diminuto ser, no debía medir más de metro y medio y pesar más de 100 libras. Detrás de él había dos más de similares características. Semi humanos, grises, pálidos, sin pelo y con una cabeza de perro entre los hombros. El que tenía enfrente sostenía un espejo, pero no era de cristal, más bien parecía un líquido. Los otros dos se me acercaron amenazadoramente, antes de que pudiera hacer un movimiento ya me habían agarrado. No sólo tenían una agilidad asombrosa, su fuerza era descomunal para su tamaño, escaparme fue imposible.

Me tomaron de ambos brazos y atravesaron el espejo conmigo. Era un portal o agujero de gusano, no se, no soy científico, pero era otro lugar, probablemente fuera de la tierra, quizás hasta fuera de la galaxia.

Mis gritos e intentos de safarme fueron inútiles. Me pusieron sobre una cama de metal y amarraron a ella, brazos, piernas y cuello, inmovilización total. Pude observar en una cama al lado mío a un ser como ellos, pero no parecía normal, tenía un aspecto como de un clon sin terminar. Una luz recorrió mi cuerpo, estaban escaneando algo pero me sorprendió el motivo. Cuando la luz recorrió mi cuerpo por segunda vez, paro. Entonces el escáner o como se llame la máquina, se movió a la cama vecina, después de recorrer igualmente por dos veces al sujeto, pude ver como se iba terminando de crear la figura en el clon. Pero no como ellos, me habían copiado a mi. El sujeto se convirtió en una copia exacta mía. 

Al terminar todo el proceso, pude ver como mi copia se levantaba y caminaba hacia el portal-espejo y lo atravesaba, desapareciendo hacia lo desconocido. Poco después me soltaron las ataduras, me agarraron de ambos brazos y me hicieron atravesar el espejo nuevamente, de regreso a mi habitacion. Los dos que me llevaron de regreso desaparecieron por donde mismo me trajeron. El tercero salió de mi habitación por la puerta, portando el fatídico espejo bajo el brazo. Ninguno pronunció una palabra durante toda su operación.

Toda esta historia me la contó un día que fui a visitarlo al hospital mental donde se encuentra. Al hablar con los doctores, me explicaron que grita diciendo que busquen al clon alien que posee en la tierra, que la humanidad depende de ello. Estuve de acuerdo con los doctores, debía mantenerse recluido y medicado por su propio bien. Como comentarles que la mañana que se lo llevaron pude observar moratones de garras en sus brazos? Me recluirian a mi también, y entonces no podría dedicarme a buscar los clones, el suyo y el mio.




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