Capitulo 54 Velorio
El director de la funeraria paso por el salón antes de irse a su casa. El encargado lo vio y le dijo que no se preocupara, que podía irse tranquilo. El ataúd estaba en su lugar acostumbrado, frente a un salón lleno de sillones y butacas, pero hoy estaba desierto el lugar. El occiso tenía 94 años y ningún familiar en esta ciudad y sus amigos todos muertos ya, nadie vendría, apuntó el director dirigiéndose hasta la puerta.
Ya eran las 7 PM y se dispuso a cerrar las puertas el encargado, cuando vio que empezaban a llegar personas. No pasó media hora y el lugar se llenó completamente. Los asientos se acabaron y muchos tuvieron que quedarse de pie. Vinieron hombres, mujeres, ancianos, hasta algun que otro niño se oia por el lugar.
El encargado, asombrado, inquirió a uno de los presentes.
- No entiendo, me dijeron que no vendrían ni familiares ni amigos a despedirlo- dijo
- Era un gran cirujano- le respondió- todos nosotros fuimos atendidos por el.
- No sólo un gran cirujano, una bella persona también- apuntó otro visitante- después de atendernos, se preocupaba por nosotros hasta el final.
- Nadie vendra a despedirlo- intervino un tercero- pero nos trato tan bien cuando estábamos vivos, que todos sus pacientes hemos venido a recibirlo.
Esta bueno. solo falta un poco de edición. esta basado en la doctrina Espirita de
ResponderBorrarAllan Kardec.