Capitulo 55 La escalera

 Ambrosio se dirigió a su mujer como siempre lo hacía, despectivamente, como si fuera un trapo, como si fuera de su propiedad.

- Limpia el sótano, recoge mi reguero de ayer- le dijo

- Déjame hacer el almuerzo, después lo hago- le respondió ella.

- Cuando te mando a hacer algo, lo haces sin protestar, que para eso eres mi mujer- Le espetó agarrandola por un brazo y empujandola por la escalera hacia el sótano.

Ella cayó pesadamente y el cerro la puerta tras ella. Cogió el mando del televisor y se sentó a ver el fútbol como cada sábado.

Se acabó el fútbol y miro el reloj, ya era la 1 PM, por algo tenía hambre. Pensó mientras se dirigía a la cocina. Se sorprendió al ver que no había nada preparado. 

- Donde se habrá metido ahora la vaga esta- comentó en voz alta, mientras gritaba su nombe- ¡Eloísa!

- Si quieres comer, te lo preparas tu- respondió mientras esquivaba un manotazo 

- ¡A mi me respetas!- pero al ver que dejaba la habitación, cogió sus llaves y se dirigió a la puerta.

- Voy al bar, arreglátelas tu- dijo mientras cerraba de un tirón la puerta de la casa.

Horas más tarde, todo borracho, regreso a la casa. Le sorprendio ver todo como la habia dejado.

- ¡Eloisa!, ¿no piensas hacer nada hoy?, corre, preparame el baño.

- Lo que quieras lo haces tu.- le increpó ella.

El, sin entender una palabra, la siguió de cerca tratando de pegarle como de costumbre. Vio que se dirigía al sótano y pensó que la muy vaga, seguro ni había terminado de recogerlo. 

Al abrir el sótano y mirar hacia abajo lo entendió todo. Una mueca de terror le desfiguro la carra. Alli, al pie de la escalera, estaba el cadáver de su mujer.



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