Capítulo 57 Samael
Cuando Samael se enamoró de Eva, no imagino las consecuencias que esto le traería. Pero, ¿Quién es Samael?.
Lilith abandonó la ciudad plateada (Sylvercity), la ciudad de los celestes, donde ya tenía varios hijos, celestes todos: Amenadiel, Samael, Uriel y Remi, para irse a vivir a la tierra. Aquí se enamoró del primer terrestre de la raza homo sapiens recién creada por los anunnakis (Adán) y tuvo varios hijos más, conocidos como nilin.
Pero con el tiempo se aburrió también, Adán, como buen humano, era machista, dominante y exigía placeres sexuales a diario. Él, gobernador de la ciudad plateada, no aceptó nuevamente a lilith alla arriba y creo su propia versión de homo sapiens, Eva, para mantener tranquilo a Adán y no sospechara de la existencia de extraterrestres. Samael culpó a Adán de las desgracias de su madre y no poder vivir nuevamente con ella. Planeó su venganza, su error, no contó con la exuberante belleza de Eva.
Los humanos no usaban ropa en esa época, para Samael, como buen celeste, fue fácil tentarla con su "serpiente", de mayor tamaño, que prometía mayores placeres y robarle Eva a Adán. No contó con enamorarse. Él, al enterarse, expulsó a los tres del paraíso, Adán, Eva y la "serpiente". Samael regreso a vivir a Sylvercity, pero Él no lo permitiría, envío a su hermano Uriel a expulsarlos. En la lucha termino muerto su hermano. Esto colmó a Samael, que lo culpó de todas sus desgracias, de las de su madre y de haberlo obligado a matar a su hermano.
Dejo a Eva en la tierra con Abel, su hijo con Adán, sin saber que ya estaba en estado del segundo, su propio hijo, quien se llamaría Caín. Busco a sus hermanos celestes para que lo siguieran en una rebelión contra Él, ninguno aceptó. Entonces busco a los hermanos terrestres, estos si lo siguieron. Una rebelión tan pequeña, fue rápidamente controlada por el ejército de Ángeles, y sus oficiales Arcángeles, las defensas celestes de Sylvercity.
Era muy poca la delincuencia en la ciudad celeste y no tenían una prisión, pero ahora si era necesaria. Siendo como era Samael, su hijo, Él creo una prisión en una cueva, cerca de un volcán, y lo envió a dirigirla, con sus hermanos terrestres como demonios soldados a su servicio, por toda la eternidad.
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