Capítulo 72 Vecina

 Nunca he entendido las emociones humanas, son un misterio para mi. Nunca he asistido a un funeral, ¿por que lloran?. La muerte viene un día, se sabe, se espera. Se divorcian y sufren, ¿por que?. Todas las personas engañan, mienten, ¿Qué pensabas, que a ti no?. Y así con todo, hay que reír en una foto, hay que alegrarse si te visitan, hay que llorar si se muere un gato. Me resulta complicado entenderlas, y más difícil poderlas simular e imitar.

Cuando hablas con alguien te cuentan sus problemas, uno tiene que escuchar y mover la cabeza. Me he buscado problemas, dicen que no soy empático, pero como saber si tengo que mover la cabeza de arriba a abajo o de lado a lado, ¿cuál es la diferencia?, ¿no es mover la cabeza lo que hay que hacer si te hablan?.

Yo no cuento mis problemas, si los hago me consideran "raro", un bicho, y de todas formas, nadie resuelve nada. No resuelves nada con hablar. Y las relaciones, peor, no entiendo a las personas, voy a entender las mujeres, ni los hombres normales las entienden. Por eso estoy mejor sólo, sin compañía, sin tener que oír ni hablar con nadie.

Entonces viene al barrio una vecina nueva, hermosa, bello cuerpo, pero no se calla. Me visita, trae dulces, habla, ¡habla!. La invito, sube al cuarto, disfrutamos, ¡pero no se calla!. Insiste en venir seguido, no entiendo, ya lo hicimos pero sigue viniendo, ¡Y no se calla!.

Tuve que matarla, ¡no se callaba!. Fue fácil, su cuello era frágil. Desaparecer su cuerpo no es difícil tampoco, la pondré con las demás. Lo verdaderamente difícil será mañana, tendré que fingir que la extraño, unirme a la búsqueda y fingir tristeza, quizás hasta llorar un poco.



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