Capitulo 23 Sospecha mortal

 La mujer se quedó mirando al marido mientras desayunaba, todo era igual, su cara, su pelo, su cuerpo, hasta su voz, pero ella estaba segura que no era el.

Hacia días que venía sospechando algo. Su marido tenía algo distinto, no podía especificar que cosa era, pero estaba segura que no era el.

No había diferencias a simple vista, todo parecía normal. Le hablaba igual, sus caricias y gestos de amor hacia ella no habían cambiado. Pero aunque su cerebro no encontraba una razon, su corazón, después de 20 años de matrimonio, no reconocía al hombre que disfrutaba el pan tostado y el jugo de naranjas delante de ella.

Miro el reloj, ya eran las 6 y 30 AM, hora de despertar a su hijo y llevarlo a la escuela. Se dirigió al cuarto y lo despertó con un toque en el hombro. El niño, de 10 año, se giró buscando a su madre con la mirada, está pego un salto. Tampoco era su hijo, había algo en sus ojos, quizás falta de brillo, quizás otra cosa, pero supo enseguida que también se lo habían cambiado.

Salió corriendo hacia la calle, abrió bruscamente la puerta y salió. Un vecino casi choca con ella y la detuvo. El marido corrio detrás de ella, preocupado. Ambos, a dúo, preguntaron que le pasaba.

Ella le gritó que no se acercara, en eso también salió el niño, asustado, buscando refugio detrás del padre. Miraba a su madre con los ojos desmesuradamente abiertos.

La mujer le dijo al vecino, histerica, que no dejara que se acercarán, que aunque lucieran igual, no era su familia. Otra vecina que veia la escena desde su portal, llamo la policia, no era un barrio de escandalos, y no los iba a permitir.

Mientras el vecino y el marido calmaban a la mujer, llegó la policia. Está corrió a protegerse detrás de una mujer uniformada que se bajo de la patrulla. Al oír las declaraciones, ambos oficiales se llevaron a la mujer a un hospital, primero debían calmarla y luego averiguarian todo.

Ya en el hospital, más calmada, le pudo explicar todo al psicólogo que la atendió. Le dijo, que su marido había sido cambiado hace días por otra persona o un clon, y que hoy, también había amanecido alguien más en el lugar de su hijo.

Después de una larga charla, los médicos decidieron dejarla internada. Debían decidir si sólo era estrés temporal, o la habían perdido. Una temporada con tranquilidad y medicinas, internada, diría la última palabra.

Cuando se vio encerrada, la mujer comprendió su situación. Su actuar les había hecho pensar que estaba loca, nadie le creia. Tendría que pensar en que haría, en desarrollar una estrategia para poder salir.

Desñues de 2 meses de soportar medicación que la aletargaba y le hacía dar vuelta la habitación, mucha actuación y disimulo, pudo convencer a los médicos que esas ideas habían quedado en el pasado, los médicos le dieron el alta, bajo observación.

Cuando llegó a la casa, el marido la esperaba con una cena romántica de recibimiento. Ella le aprecio el gesto y se acercó a la mesa, cogiendo un afilado cuchillo con disimulo.

En un momento en que el marido se descuida, virandose de espalda, se le acercó por detrás, clavandole el cuchillo con fuerza en la espalda, detrás del corazón. 

El hombre cayó pesadamente al suelo, de su espalda comenzó a brotar un líquido viscoso y verde.




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